martes, 18 de septiembre de 2012

TE DEUM - Obispo Gaspar Quintana (extracto homilía)

* Va siendo una tarea urgente el recordar lo grave que es para los gobernantes, empresarios, trabajadores y dueñas de casa, cuidar “la casa común,” que es el planeta Tierra. Para la Doctrina Social de la Iglesia “la tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad, ya que se trata del deber común y universal de respetar un bien colectivo.” (DSI 466) No hay más que mirar el paisaje y el tipo de supervivencia de los que vivimos en Atacama, para darnos cuenta de que nos hace falta una conciencia social en este campo.


El Papa Benedicto XVI con su lúcido enfoque de los problemas de nuestro tiempo hace una aguda afirmación sobre las políticas públicas en cuanto al problema energético cuando dice que “es contrario al verdadero desarrollo considerar la naturaleza como más importante que la persona humana misma.” (Caritas in veritate, n. 48)

Nuestras autoridades, empresarios, trabajadores y las familias en general, cada uno en su nivel , deben estar atentos a que el agua limpia y suficiente, el aire puro y no contaminado, y el ambiente tranquilo y acogedor, son derechos humanos a los que cada uno de los chilenos y chilenas debemos tener acceso para disfrutarlos como parte de la dignidad integral que nos corresponde.

Los hechos recientes sobre problemas energéticos en nuestra Región y en otras partes del país, nos señalan que, aunque parezcan intocables, pueden causar perjuicios en la salud o el bien vivir de la población. Por esto deben ser siempre planificados y controlados por la autoridad pertinente. Me parece que en sectores importantes de la opinión pública existe la impresión de que muchos macroproyectos económicos que se ven de gran utilidad para el país, parecen haber sido diseñados sin tener en cuenta todos los aspectos relacionados con un posible impacto negativo en la vida humana.

No es ningún secreto que seguimos con gran interés y preocupación el desenlace de los acontecimientos que han sucedido en nuestra Región, como Freirina, Punta Alcalde, Castilla y Pascua Lama.

Fuente: www.Iglesia.cl