En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación
por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y
la paz interior.
para él cualquier criatura era una
hermana, unida a él con lazos de cariño. Por eso se sentía llamado a cuidar
todo lo que existe.
Si nos acercamos a la naturaleza y al
ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el
lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo,
nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero
explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos.
san Francisco, fiel a la Escritura,
nos propone reconocer la naturaleza como un espléndido libro en el cual Dios
nos habla y nos refleja algo de su hermosura y de su bondad:
(De la encíclica Laudato si)