viernes, 24 de julio de 2015

OBISPO DE COPIAPÓ LLAMA A DIÁLOGO Y CESE DE LA VIOLENCIA

 
Obispo de Copiapó llama al diálogo y al cese de la violencia en El Salvador

Un llamado a abrir caminos de diálogo hizo el Obispo de Copiapó, ante la muerte de Nelson Quichillao López, en el marco de las manifestaciones de violencia producidas desde la noche del jueves 23 de julio en el mineral de El Salvador, en la región de Atacama.
Viernes 24 de Julio del 2015
 
En una Declaración emitida la mañana del viernes, Monseñor Celestino Aós lamentó el fallecimiento del trabajador, solidarizando con el dolor de los familiares y pidiendo el pronto esclarecimiento de las circunstancias de su fallecimiento. "Por ellos, y por los compañeros más cercanos de Nelson, elevamos nuestras plegarias al Señor. Asimismo rogamos por el restablecimiento de los heridos". El Obispo también se mostró consternado porque no haya sido posible encontrar caminos de diálogo y negociación para resolver los problemas: "Nos causa dolor constatar cómo las reclamaciones, que pueden ser muy justas, se envuelven en violencia y la violencia llama a más violencia, a destrucción que deja dolor y muerte" y agregó que el mejor homenaje que podemos hacer a don Nelson será serenarnos y en diálogo y negociación construir solución a los conflictos".

miércoles, 22 de julio de 2015

LA ENCÍCLICA LAUDATO SI "NO ES VERDE SINO SOCAL"

 
El Papa a los alcaldes del mundo: 'Crear conciencia sobre la ecología humana'  
           
'El daño contra el ambiente rebota contra el hombre' y la encíclica Laudato Si' 'no es verde sino social'
 
Por Rocío Lancho García
 
Ciudad del Vaticano, 21 de julio de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha participado este martes por la tarde en el encuentro sobre cambio climático y esclavitud, donde se ha dirigido a más de sesenta alcaldes procedentes de distintas partes mundo. Durante su discurso a los participantes, pronunciado en español, ha analizado las dos emergencias tratadas a lo largo del día.
 
La cultura del cuidado del ambiente no es una actitud solamente “verde”, ha asegurado el Papa, es “mucho más”. Por eso, ha precisado que cuidar el ambiente significa tener una actitud de ecología humana. La ecología “es total, es humana”, ha precisado. De este modo, el Santo Padre ha explicado que en la encíclica Laudato Si’ “no se puede separar al hombre del resto”.
 
Por otro lado, el Pontífice ha subrayado “el efecto de rebote que existe contra el hombre cuando el ambiente es maltratado”. El Papa además ha asegurado que su encíclica no es “verde” sino social, destacando que cuidar el ambiente es “una actitud social”.
 
A propósito del encuentro que se está celebrando, Francisco ha indicado que le ha parecido una idea muy fecunda invitar a los alcaldes. Porque, ha advertido el Papa, “una de las cosas que más se nota cuando el ambiente no es cuidado, es el crecimiento desmesurado de las ciudades. Es un fenómeno mundial”. Así, ha explicado que “son como cabezas se hacen grandes pero cada vez con cordones de pobreza y miseria más grandes”.
 
La gente sufre los efectos del descuido del ambiente, ha precisado. “Y en este sentido está involucrado el fenómeno migratorio”, ha añadido. ¿Por qué la gente viene a las grandes ciudades?, se ha preguntado el Pontífice. “Porque el mundo rural ya no les da oportunidades”. 
A continuación ha mencionado otro punto que está en la encíclica y que denuncia, con mucho respeto, la idolatría de la tecnocracia. Algo que “lleva a despojar del trabajo, que crea desocupación”, ha advertido Francisco, denunciado la desocupación juvenil que afecta a tantos países de Europa.  
 
¿Qué horizonte, qué futuro se ofrece a estos jóvenes? A propósito, ha advertido de los riesgos que corren de caer en adicciones, en el aburrimiento al no saber qué hacer de su vida, en el suicidio, o involucrarse en proyectos guerrilleros que ofrecen un ideal de vida.   
También ha denunciado la cantidad de “enfermedades raras” que vienen por culpa del exceso de la tecnificación. Así como ha advertido sobre la desertificación y la deforestación de algunas zonas del planeta. Y todos estos fenómenos confluyen en “el trabajo en negro”. El no ganar lo suficiente para poder vivir puede provocar actitudes delictivas, ha subrayado. Al respecto, ha condenado nuevamente el trabajo esclavo y la prostitución como “fuente de trabajo para poder sobrevivir”.
 
Por otro lado, el Pontífice ha manifestado que tiene esperanza en la cumbre de París que se celebra a finales de este año para que “se logre algún acuerdo fundamental básico”. Las Naciones Unidas --ha insistido-- tienen que interesarse fuertemente en este fenómeno.
El Santo Padre ha presentado dos formas de incultura. En primer lugar “la incultura que Dios nos entregó para transformarla en cultura” y la segunda es “cuando el hombre no respeta la relación con la Tierra”. Para poner un ejemplo ha hablado de la energía atómica, “es buena, puede ayudar”, ha observado, pero existe la parte negativa de esta energía, como "Hiroshima y Nagasaki”.
 
Para finalizar su discurso, el Santo Padre ha recordado la responsabilidad que tienen los presentes para combatir la trata de personas y proteger el medio ambiente. “El trabajo más serio y profundo se hace desde la periferia hacia el centro”, ha explicado. Es decir, “desde ustedes hacia la conciencia de la humanidad”.

sábado, 18 de julio de 2015

PETICIÓN DEL PAPA, ESCUCHAR EL GRITO DE LAS VÍCTIMAS DE LA MINERÍA Y GRITO DE LA TIERRA

 
El Papa pide escuchar el grito de las víctimas de la explotación minera
El Santo Padre envía un carta a los organizadores del encuentro, invita "a actuar constructivamente con todos los actores involucrados, en un diálogo sincero y respetuoso”. 
Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 17 de julio de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha enviado un mensaje a los representantes de las comunidades interesadas por las actividades mineras que participarán en el encuentro ''Unidos a Dios escuchamos un grito” organizado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, en colaboración con la red latinoamericana Iglesias y Minería. La misiva que ha difundido hoy la Oficina de prensa de la Santa Sede, está dirigida al cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, encargado de organizar el encuentro que se desarrollará en Roma, en el Salesianum, desde este viernes 17 al domingo 19.
En su mensaje, el Papa asegura que todo el sector minero está “indudablemente llamado a efectuar un cambio radical de paradigma para mejorar la situación en muchos países”. Y precisa: “los gobiernos de los países de origen de las empresas multinacionales y los de aquellos en los que operan pueden contribuir a ello”, así como “los emprendedores e inversores”, “las autoridades locales que supervisan la ejecución de las operaciones mineras”, “los trabajadores y sus representantes”, “las cadenas de suministro internacional con sus varios intermediarios y los que trabajan en los mercados de estas materias” y “los consumidores de productos en los que se han utilizado minerales”.
Todas estas personas --asegura el Santo Padre-- están llamadas a adoptar un comportamiento inspirado en el hecho de que constituimos una sola familia humana, ''que todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás".
El Papa observa que los representantes que participan en este encuentro vienen “de situaciones diferentes” y experimentan “de diversos modos las repercusiones de la minería, ya sea la de las grandes empresas industriales, o la de los artesanos y operadores informales”.
Francisco señala que se reunirán en Roma para que se escuche el grito de tantas personas, familias y comunidades que sufren directa o indirectamente por las consecuencias a menudo, demasiado negativas, de la minería.
“Un grito por la tierra perdida; un grito por la extracción de riquezas del suelo que, paradójicamente, no ha producido riqueza para las poblaciones locales que siguen siendo pobres; un grito de dolor en respuesta a la violencia, a las amenazas y la corrupción; un grito de indignación y de apoyo por las violaciones de los derechos humanos, discreta o descaradamente pisoteados por cuanto respecta a la salud de las poblaciones, por las condiciones de trabajo, a veces por la esclavitud y la trata de personas que alimenta el trágico fenómeno de la prostitución; un grito de tristeza e impotencia por la contaminación del agua, del aire y del suelo; un grito de incomprensión por la carencia de procesos inclusivos
De apoyo de las autoridades civiles, locales y nacionales, que tienen el deber fundamental de promover el bien común”, observa el Papa.
Asimismo, reconoce que los minerales y, en general, la riqueza del suelo y el subsuelo “constituyen un don precioso de Dios, que la humanidad ha utilizado durante miles de años”.
A propósito, el Pontífice recuerda que la recién publicada encíclica Laudato Si' ha querido “lanzar un llamamiento urgente a colaborar en el cuidado de nuestra casa común, para contrastar las dramáticas consecuencias de la degradación ambiental en la vida de los pobres y excluidos, y avanzar hacia el desarrollo integral, incluyente y sostenible”.
Finalmente, el Santo Padre anima a las comunidades representadas en este encuentro a considerar “cómo pueden interactuar constructivamente con todos los demás actores involucrados, en un diálogo sincero y respetuoso”.  Además, expresa su deseo de que esta ocasión “contribuya a una mayor conciencia y responsabilidad en estos temas: partiendo de la dignidad humana es como se crea la cultura necesaria para hacer frente a la crisis actual.”