jueves, 25 de abril de 2019

La huella ecológica es una herramienta para medir el consumo de los recursos naturales y plantea por tanto la cuestión de cuanto carga el hombre el ecosistema. La medida se basa en el tamaño de la superficie de terreno, o productividad biológica de la tierra (tanto tierra como agua), que cada uno de nosotros precisa para obtener los recursos necesarios y para asimiliar los residuos generados.
La huella ecológica puede ser calculada tanto para un individuo como para una estado o toda la población mundial. La huella ecológica tiene en cuenta: 

Seis areas bioproductivas diferentes:


– Cultivos para la obtención de cereales, pienso para animales, fibra, aceite y caucho.
– Pastos para la producción de carne, lana o leche.
– Bosques para la producción de madera o papel.
– Zonas de pesca.
– Terreno para construcción de casas, infraestructura de transporte y producción industrial.
– “Zonas energéticas” para la asimilación del exceso de CO2 procedente de la combustión de combustibles fósiles o madera, y la utilización de energía nuclear e hidroeléctrica
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